El senderismo es el placer del molinero.
El senderismo es el placer del molinero:
hacer senderismo.
Tiene que ser un mal molinero aquel
al cual nunca se le ocurrió hacer senderismo.
¡El senderismo!
¡El senderismo!
¡El senderismo!
Eso lo vemos también en las ruedas.
Eso lo vemos también en las ruedas,
en las ruedas,
a las cuales no les gusta en absoluto estar quietas,
que durante el día no se cansan de dar vueltas,
que durante el día no se cansan de dar vueltas,
las ruedas.
Del agua lo hemos aprendido.
Del agua lo hemos aprendido.
Del agua.
Ella no tiene descanso de día ni de noche.
Siempre está dándole mucha importancia al senderismo.
Siempre está dándole mucha importancia al senderismo:
el agua.
© Pablo Mendoza Casp, 2020